Nació en la ciudad de San Luis Potosí, el 9 de abril de 1911. Sus padres fueron don Rafael Perea y María Sánchez, le bautizaron el 21 de abril en la Parroquia del Sagrario con el nombre de José Prócoro Ezequiel Anselmo Perea Sánchez.
Cursó las humanidades en el Seminario Conciliar de San Luis Potosí (1923-1926) el bachillerato en la UASLP (1927-1931), la filosofía en el Seminario de San Luis y en el Conciliar de México; la Teología en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma (1933-1942).
El diaconado lo recibió el 11 de abril de 1936 en la Basílica de San Juan de Letrán, de manos del Cardenal Francesco Marcetti y fue ordenado sacerdote el 25 de octubre de 1936, por imposición de manos de Mons. Hermenegildo Pasetto.
En el Seminario impartió las cátedras de Teología dogmática, Pedagogía catequística y Oratoria. Fue director espiritual del Seminario mayor. Fue dos veces Vicario Capitular, Vicario General, promotor de justicia y canónigo lectoral de Catedral desde 1967.
Fue designado el décimo obispo de san Luis Potosí por S.S. Pablo VI, recibió la consagración Episcopal y toma de posesión el 12 de enero de 1973. Renunció en abril de 1986, al cumplir 75 años de edad, y fue nombrado administrador apostólico, cargo que ejerció desde el 10 de noviembre de 1986 hasta su deceso.
Gobernó la diócesis durante 13 años, 9 meses y 28 días, tiempo en el que confirió el orden sacerdotal a 46 sacerdotes.
Una de sus grandes preocupaciones fue el Seminario, del que decía: “En el Seminario está la esperanza de la Iglesia.
Después de su fallecimiento, un grupo de seminaristas de teología le describieron como:
un hombre sencillo, que se distinguió por su humildad y vida de auténtica pobreza, con gran rectitud y transparencia al actuar, en donde se dejaba ver que era un hombre entregado al servicio de sus hermanos.