Ordenación Diaconal de David Huerta Vieyra  

Ordenado Diácono Transitorio el pasado 23 de mayo de 2024, David Huerta Vieyra, en su parroquia de origen Nuestra Señora de la Asunción de Santa María del Río, SLP., esta comunidad parroquial se angalanó con una inmensa alegría.
Mons. Jorge Alberto Cavazos Arizpe le impuso las manos sobre su cabeza luego de pronunciar las oraciones inidicadas para la Ordenación Diaconal y su confirmación en la fidelidad, amor, y obediencia a Dios, para así convertirse en un recién ordenado diácono para nuestra Iglesia potosina.

El nuevo Diácono vistió el alba con su cíngulo y estola cruzada; le puso la dalmática su Padrino en el Diaconado, el Pbro. Efraín Moreno Aguirre, quien también es párroco de dicho recinto mariano. De un modo emotivo, recibió la bendición de sus padres.
Mientras el ahora diácono permanecía postrado en tierra, en signo de total abandono los presentes recitaron la letanía de los santos.

En su homilía nuestro Arzobispo indicó: "David, ahora predicarás la Palabra Divina, prepararás la Mesa del Señor y practicarás la caridad con el necesitado, sirviendo así con suma fidelidad al Señor".
"En cada Eucaristía, en cada oración, le damos culto al Señor y así lo harás tú David". "Este Dios que es amor, que nos ha creado a Su imagen y semejanza y nos permite amarlo sobre todas las cosas, personas y situaciones, nos ayuda a descubrir su presencia, no sólo en rezos y ritos, sino desde nuestro corazón. Los Diáconos y Sacerdotes nos traen la bendición de Dios y se recibe su gracia, la energía verdadera para ir adelante en tantas cosas de nuestra vida".

Además, el Sr. Arzobispo manifestó su gran alegría: "Nos alegramos por los 5 nuevos Diáconos, que son una gran bendición histórica y trascendental para nuestra amada Iglesia Católica Potosina".

Felicitó al Diác. David Huerta dirigiéndole estas palabras tan significativas: "Felicidades por esa fe que tienes, que nos edifica y gracias por decirle a Dios: “Aquí estoy Señor para hacer Tu voluntad”. Dios te bendiga, que seas plenamente feliz y que el Señor te ayude a santificar al pueblo que se te confía. Desempeña con humildad y amor tu Diaconado y vive el Misterio de la Fe con pureza de alma y cuerpo".